Font Rosselló: "La etiqueta de igualdad disfraza una flagrante discriminación por sexo que choca con el espíritu de la Constitución"
Palma, 9 de abril de 2010
"La ideología de género que subyace detrás del anteproyecto de la ley de igualdad del Govern debe considerarse como una variante más de marxismo recalentado, sustituyendo el odio de clase entre unos opresores (burguesía) y unos oprimidos (proletariado) por un odio de género entre otros opresores (los hombres) y otros oprimidos (las mujeres).", opinó el portavoz adjunto de Unión Progreso y Democracia en Baleares, Joan Font Rosselló. "De ahí que este feminismo igualitarista, además de atentar contra la sensatez y el más elemental sentido común, suponga un ataque frontal a la igualdad ante la ley que encarna un Estado de Derecho y a la prohibición de la discriminación por razones de sexo que establece la Constitución Española en su artículo 14. En el anteproyecto se pretende privilegiar el acceso a proyectos de investigación, tribunales, consejos escolares, funcionariado o directivas de empresas por el mero hecho de ser mujeres."
Para Font, "este tipo de leyes de igualdad son en realidad leyes políticamente correctas que en el fondo favorecen la desigualdad y la discriminación, por mucho que se la quiera disfrazar con el calificativo de “positiva”. Los hombres son estigmatizados, como establece la ley contra la violencia de género en la que el hombre es culpable mientras no se demuestre lo contrario por el simple hecho de ser hombre. La desigualdad en el trato por razones de sexo es tan flagrante que se llega a desplazar así la carga de la prueba de la denunciante hacia el denunciado, que tiene que probar así su inocencia."
"La ideología de género se nutre del agravio comparativo y del revisionismo histórico con el fin de implantar, a través de la ingeniería social, una suerte de justicia universal que, en caso de imponerse, terminaría derivando en un estado totalitario. Pero donde el anteproyecto revela sus tics más totalitarios es en el peso que concede a los “comisarios de género” y a las “auditorías de género” cuyos objetivos no son otros que vigilar el cumplimiento de la doctrina del feminismo radical, que no duda en violar algunos derechos individuales y en intervenir en aspectos que sólo conciernen a la libre decisión de las familias. Actitudes que evocan el peso que siempre han tenido la policía secreta y los comisarios políticos en los bochornosos gobiernos totalitarios que han jalonado Europa a lo largo del siglo XX, así como su persistencia en terminar con la esfera de las libertades individuales que es uno de los logros más sobresalientes de la democracia y de la civilización occidental."
"Por todas estas razones de principio y más allá de las razones economicistas que esgrimen otros partidos", concluye Font Rosselló, "UPyD pide al Govern que retire de inmediato esta ley disparatada".