lunes, 14 de junio de 2010

UPyD pide al Govern que restrinja el endeudamiento "disparatado" de la CAIB

El partido lleva denunciando largo tiempo el recurso fácil del Govern al préstamo bancario, algo que Sindicatura ha ratificado en su último informe

Palma, lunes 14 de junio

Según el último informe de la Sindicatura de Cuentas publicado, el endeudamiento de Baleares no tiene límites. Valga un dato: la deuda bancaria directamente imputable a la CAIB se ha incrementado un 350% entre 2001 y 2008, hasta alcanzar algo más de 3.200 millones de euros si unimos la deuda de la CAIB y la de las empresas públicas de Baleares. Cabe destacar años como 2005 y 2008, con incrementos disparatados de endeudamiento superiores al 50% y al 45% respectivamente. El resto de los años el crecimiento de la deuda superó prácticamente los dos dígitos.

Ahora es el propio Antich el que manifiesta la gravedad de la situación al intentar reducir el gasto en unos 120 millones ya que, de no detener el endeudamiento, a finales del presente 2010 podría acabar en los 3.900 millones, lo que supondría más del 13% del PIB balear.

UPyD reitera la necesidad de restringir los préstamos como herramienta de política y ajustar el gasto público. Este recorte no debería ser inferior a los 693 millones presupuestados para 2010 como incremento de deuda financiera de la CAIB. La reducción propuesta por Antich de 120 millones sobre unos presupuestos de 2010 que se cuantifican en 3.384 millones supone rebajar el gasto público sólo en un 3,5%, lo cual es totalmente insuficiente dada la grave situación económica actual y garantiza que se continuará incrementando la ya abultada deuda pública.

Por todo lo anterior, UPyD advierte de los tiempos difíciles que se avecinan, ya que el enorme derroche del pasado nos está abocando a recortes drásticos que los ciudadanos de Baleares van a tener que pagar sin ser responsables de ellos. Las políticas de despilfarro soportadas por deuda bancaria acaban pasando factura a los ciudadanos, que al final son quieres pagan los errores de sus mandatarios.

UPyD exige al Govern una solución inmediata a este problema que está impidiendo la salida de la crisis, ya que drena del mercado la financiación que las empresas necesitan para acometer inversiones que reactiven la economía balear. De no tomar medidas contundentes, la situación empeorará y será ingobernable.

jueves, 10 de junio de 2010

UPyD celebra la dimisión de Antoni Martorell


Propone "replantearse seriamente el modelo de televisión"

Palma, 10 de junio de 2010
Unión Progreso y Democracia celebra la anunciada dimisión del director general de IB3, Antoni Martorell, en lo que constituía el último feudo de Unió Mallorquina en el poder. UPyD ha venido pidiendo ya desde hace meses esa dimisión, debido a la pésima gestión económica del ente, a su politización y a su cuando menos errónea política de contratos, y ha solicitado en varias ocasiones una auditoría externa que ahora puede ser un buen momento para hacer. La implicación en la Operación Voltor de personas muy vinculadas con el ente público hace muy conveniente esa medida. También puede ser el momento de replantearse seriamente un modelo de televisión extremadamente costoso y fracasado en sus fines, sin apenas repercusión en la audiencia.

Según UPyD, ni el Bloc ni el PSOE pueden ni quieren sanear el déficit público


Calbarro: "El Bloc y el PSOE representan el poder como una máquina de gastar dinero para comprar voluntades"
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Palma, 10 de junio de 2010
"UPyD no tiene la menor confianza en que el Govern pueda reducir drásticamente y sanear la administración pública; es más, estamos convencidos de que no quieren sanearla", afirmó Juan Luis Calbarro, portavoz de Unión Progreso y Democracia en Baleares. "La enésima crisis del Govern es la constatación de que lo que queda del Pacte no sirve para gobernar. Tanto el Bloc como el PSOE representan la concepción del poder como una máquina de gastar dinero para comprar voluntades."
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"El Bloc y el PSOE, como anteriormente el PP cuando ejercía el poder, son formaciones que tienen arraigada la costumbre de no destinar el dinero público a inversiones productivas, sino a inversiones que puedan venderse como sociales. Sienten verdadero pavor a reducir los más de 400 millones en subvenciones, a no repartir dinero entre sus posibles votantes. Su prioridad es mantener contentos a todos aquellos sectores sociales y económicos que se han convertido en profesionales de las ayudas públicas, que podríamos calificar de nuevas clases pasivas del siglo XXI", precisó Calbarro.
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"La repentina conversión del PSOE a la política del equilibrio presupuestario no engaña a nadie; no nace de ninguna convicción liberal de la economía sino de la presión, del pánico y de la seguridad de que el hundimiento anunciado de la economía española y balear le hundirá como partido; si viera una mínima luz, estamos seguros de que volvería a desdecirse una vez más".
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"Si Antich quiere garantizarse la credibilidad de la ciudadanía", concluyó el líder de UPyD, "debe someterse urgentemente a una cuestión de confianza, confianza que se debería pedir exclusivamente para sacar adelante las medidas de ahorro que hoy boicotea el Bloc, y dejar de pensar en clave electoral".

miércoles, 9 de junio de 2010

UPyD cree que "las declaraciones de Joan Huguet certifican que los partidos tradicionales sólo han mirado por sus intereses"

Palma, 9 de junio de 2010

UPyD considera gravísimas las afirmaciones del senador del PP, Joan Huguet, quien, en un artículo publicado en Diario de Mallorca el pasado martes 8 de junio, pedía disculpas por haber “estructurado, vía reforma estatutaria, una administración no fundamentada en la racionalidad, sino no en la creación de pequeños reinos de taifas insulares según conveniencia del Partido gobernante en cada una de las islas”. Joan Huguet, entonces portavoz del Grupo Parlamentario Popular, principal ponente del Grupo Popular durante la elaboración del nuevo Estatuto, del que podemos considerarle artífice junto con Rosa Estarás, reconocía “la responsabilidad que me toca” y pedía “disculpas por ello a la vez que propongo rectificar”.

Las afirmaciones de Huguet son sorprendentes por quién las dice, por lo que constatan y por lo que suponen. Por quién las dice: un senador del PP que estaba en primerísima línea en todas las negociaciones del nuevo Estatuto aprobado la pasada legislatura. Por lo que constatan: unas formaciones políticas que conformaban una auténtica casta, conchabadas en su propio beneficio ya que por aquel entonces UM controlaba el Consell de Mallorca, el PSOE-PSM el Consell de Menorca y el PP el Consell de Ibiza-Formentera. Y por lo que suponen: que la ciudadanía ha estado en manos de unos partidos que nunca han trabajado por el interés general sino por sus exclusivos intereses de partido. Amén de la irracionalidad administrativa que supone vaciar de competencias el Govern para traspasarlas -contra el espíritu de la Constitución- a los consejos insulares, con el primero convertido en mero coordinador e interlocutor con Madrid y Bruselas.

Es una constatación lamentable que indica a las claras por quién hemos estado gobernados y confirma la necesidad urgente de que nuevas formaciones con un mensaje indudablemente regenerador como UPyD se abran paso en el panorama político balear. En UPyD nos alegramos del mea culpa del senador Huguet, pero consideramos que difícilmente los que nos han metido en esta crisis de credibilidad y de supervivencia institucional sean los más adecuados para sacarnos de ella.

domingo, 6 de junio de 2010

UPyD cree que Antich es incapaz de reducir el sector público

Dicha reducción se ha convertido en un bluf y en una mera cuestión de imagen sin sustancia real · Reducción sin tocar a los empleados públicos es tan ridículo como hacer la guerra con cero bajas · UPyD es el único partido sin ataduras ni hipotecas clientelares capaz de abordar una reducción drástica de la Administración · Los partidos tradicionales son el problema, no la solución a unos males que han ocasionado por sus prácticas clientelares


Palma, 6 de junio de 2010

La eliminación de sólo dos altos cargos en el proceso de fusión de la consejería de Trabajo con la de Turismo ha vuelto a poner de manifiesto el criterio de Antich a la hora de acometer la reducción del sector público balear: cirugía mínima al no atreverse a una necesaria y urgente reducción de personal público, lo que está dejando sus tijeretazos en una operación de imagen de cara a la galería. La consejería de Trabajo se mantendrá prácticamente intacta, sólo que integrada nominalmente en Turismo. Es más, administrativamente funcionarán por separado.

UPyD es el único partido sin ataduras ni hipotecas clientelares capaz de abordar una reducción drástica de la Administración. Ninguno de los partidos instalados -ni PSOE, ni Bloc, como tampoco el PP ni UM, responsables de crear consorcios y fundaciones a mansalva durante la pasada legislatura- tiene las manos libres para abordar los males que aquejan a la comunidad por una razón muy sencilla: son el problema, no la solución.

Los recortes de Antich se están convirtiendo en un formidable bluf, una operación de estética de cara a la galería para hacer creer a los ciudadanos que la Administración está adelgazando cuando no pasan de operaciones de lifting facial. Lo mismo cabe decir de la reducción de la telaraña de consorcios, fundaciones, empresas públicas y sociedades mercantiles de la CAIB. Los primeros síntomas de que en realidad se trataba de un bluf se empezaron a vislumbrar cuando el Govern hizo efectiva la supresión de tres consorcios y tres fundaciones, tres de ellos inactivos. Después cuando fusionó Inestur en Ibatur con un ahorro de 600.000 euros de ahorro, la mitad al ahorrarse el alquiler de la sede de Ibatur. Los otros 300.000 euros no se debían a criterios de austeridad sino a criterios de oportunidad política: en realidad correspondían a las nóminas de la media docena de altos cargos de UM que fueron fulminados tras estallar la operación Voltor.

Estos lejanos truenos presagiaban lo que iba a ser la falsa tormenta de reducir a la mitad las 170 empresas públicas vinculadas al Govern. Mucho ruido y pocas nueces. En realidad Antich ha eliminado sólo cinco de estas empresas (alguna de ellas contaminada por corrupción, como IB-Blau, cuyo gerente fue destituido) ya que la solemnemente anunciada reducción a la mitad de estas empresas ha consistido en la práctica en suprimir los ochenta consorcios locales para infraestructuras, unos consorcios (Pla Mirall, aguas, sociosanitarios, desestacionalización) que en su mayoría no tienen asignado gasto corriente alguno al ser meros artilugios financieros para camuflar deuda. Sin embargo, la supresión no ha sido completa, lo que hubiera significado que la deuda camuflada en ellos aflorara y las distintas administraciones participantes tuvieran que asumirla. El Govern no ha querido suprimirlos completamente sino que se ha limitado a fundir estos consorcios de carácter local en consorcios insulares que pasarán a concentrar la misma deuda que antes estaba dispersa. Es decir, que ni siquiera se ha cumplido el objetivo por el que UPyD había pedido la supresión de estos ochenta consorcios para infraestructuras: la asunción por parte de la Administración de esta deuda oculta. Entretanto, Antich cree pasar ante los ciudadanos por el presidente que recortó a la mitad el obeso sector público balear.

UPyD afirma que el Govern recorta el gasto a ciegas


Calbarro: "La política de recortes de Antich y Zapatero profundizará la crisis: recortar gastos productivos, mantener los improductivos y subir los impuestos es la mezcla más perniciosa para la recuperación económica. Es justo lo contrario de lo que hay que hacer."
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Palma, 4 de junio de 2010
Los recortes del Govern no servirán de nada si no van guiados del criterio de productividad. "Hay que decir las cosas claras: esa máxima del ministro Blanco de que antes recortaría un kilómetro de carretera que dejar sin atender a un anciano dependiente es una gran falacia: un kilómetro de carretera que haga posible el tráfico necesario es el que genera riqueza que ulteriormente servirá para atender al anciano dependiente, sin necesidad de entrar en contradicción alguna", afirmó Juan Luis Calbarro, portavoz de UPyD en Baleares.
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"En época de crisis, urge que el Govern asuma el criterio de productividad para justificar una inversión o subvención, criterio que consiste simplemente en que la infraestructura o servicio cubierto con dinero público ayude a generar riqueza una vez terminada la inversión, por el uso y negocio que los ciudadanos hagan de esa infraestructura o servicio. Lo que quede fuera de este criterio debe dejarse aparcado para momentos de prosperidad. De no ser así, la Administración no ayudará a formar ciudadanos activos y productores, sino ciudadanos pasivos y dependientes", continuó Calbarro.
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"No generan riqueza los carriles bicis, ni el tranvía de Palma, ni la mitad de los más de 300 millones de euros destinados a subvenciones; ni las ayudas indiscriminadas a asociaciones vecinales, culturales, artísticas o teatrales, ni los cuantiosos dineros destinados al Teatre Principal, ni a la Diada de Mallorca, ni la construcción de palacios de congresos municipales, ni el mantenimiento de los numerosos e inactivos teatros públicos, ni la normalización lingüística; ni IB3, ni TV Mallorca, ni las subvenciones a los sindicatos, ni las destinadas a los partidos políticos; ni expulsar de los procesos de selección de empleados públicos a los que no saben catalán; ni la paralizante ley de igualdad, ni la ley antitaurina. UPyD le puede ayudar al Govern a pensar; lo que pasa es que resulta cómodo no pensar demasiado y contentar a las clientelas ya establecidas", afirmó el portavoz del partido en Baleares de Rosa Díez.
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"Sólo una vez que se hayan decidido las infraestructuras y servicios que se han de cubrir guiados por el criterio de productividad, sólo entonces, se podrá plantear el Govern la necesidad de subir los impuestos o dejarlos como están. Pero recortar gastos productivos, mantener los improductivos y subir los impuestos es la mezcla más perniciosa para la recuperación económica, justo lo contrario de lo que hay que hacer", concluyen desde UPyD.

viernes, 4 de junio de 2010

UPyD afirma que la fusión de consorcios para infraestructuras anunciada por Antich elude lo esencial: asumir la enorme deuda oculta

Otra operación de maquillaje, puesto que el sentido de suprimirlos era hacer aflorar la deuda, mientras que fundirlos sigue camuflándola.

Palma, 4 de junio de 2010

El Pacte ha dado parcialmente la razón a UPyD, que ha venido reclamando en las últimas semanas la supresión de los aproximadamente ochenta consorcios para infraestructuras y servicios que tiene la CAIB y que representan la mitad de las empresas, consorcios, fundaciones y sociedades de la comunidad autónoma balear. El Govern finalmente ha decidido fusionar los 19 consorcios del Pla Mirall en tres (uno por cada isla), los 21 consorcios del Plan D en otros tres, los 23 de aguas en otros cuatro (uno por cada isla, incluyendo ahora Formentera), los tres que existían para realizar infraestructuras sociosanitarias en uno solo y los cinco para infraestructuras deportivas en otro. Otro tanto ha hecho con los consorcios para la conservación de espacios culturales y protección de espacios naturales. En total, los cerca de ochenta consorcios para infraestructuras de los que venía hablando UPyD.

UPyD ha mantenido desde el primer momento la necesidad de suprimirlos aun sabiendo que no representaban ningún ahorro sustancial, puesto que la mayoría de ellos no tienen asignado gasto corriente al ser una burda estratagema para camuflar deuda al Banco de España y permitir a la Administración (Govern y ayuntamientos) gastar más que lo permitido por ley. De ahí que UPyD apostara por la supresión para que las administraciones participantes en ellos asumieran de una vez esta deuda camuflada que, en 2008, era de 379 millones de euros.

UPyD cree que Antich ha optado por la fusión y no por la supresión para seguir camuflando la deuda. Mucho nos tememos que el Govern, mediante la estratagema de fundir por ejemplo todos los consorcios locales de aguas en un gran consorcio de aguas por cada isla, no persiga otra cosa que seguir ocultando la misma deuda, sólo que ahora no estará dispersa en una miríada de consorcios locales sino concentrada en uno solo. Y análogamente con el resto de consorcios para infraestructuras fusionados. Lo que convierte estas fusiones, una vez más, en burda operación de maquillaje para presentarse a la opinión pública como los artífices de haber recortado a la mitad el obeso sector público balear, un tijeretazo que -muy al contrario- no supone apenas sacrificios de personal ni reducción de gasto y que ni siquiera ha servido para hacer aflorar la deuda camuflada.