El espectáculo de la política balear no deja de producir paradojas. Mientras el presidente Antich y el consejero de Hacienda Manera descubren súbitamente que existe la responsabilidad en relación al gasto público; mientras Rodríguez Zapatero acata medidas que hace dos días calificaba despectivamente de neoliberales, Carlos Delgado se transforma en un neokeynesiano dispuesto a ejercer el cesarismo de grandes construcciones comparables a la Ópera de Matas o a las playas artificiales de Catalina Cirer con las que se presentaron a la cita electoral de 2011.
"Es descabellado que cada municipio turístico, y en particular Calvià, tenga su palacio de congresos y su museo de arte contemporáneo", afirmó la coordinadora en funciones de Unión Progreso y Democracia (UPyD) en Calvià, Victoria Ruiz. "No sólo no es el momento de afrontar gastos de esta envergadura, sino que incluso deberíamos cuestionar los que están presupuestados".
UPyD considera que "se debe analizar rigurosamente la necesidad de invertir recursos públicos en infraestructuras cuando ya se cuenta con instalaciones que no generan la demanda que se esperaba de las mismas. La Fundación Miró, casi olvidada, o Es Baluard, generosamente regado con tres millones públicos anuales, son dos ejemplos palmarios. Cuando se construye un gran Palacio de Congresos en Palma cuya viabilidad queda en entredicho desde el momento en que sus promotores privados lo están abandonando, no parece de recibo construir otro a escasos kilómetros. Una actitud que, por otra parte, debería tener en cuenta el alcalde Carlos Delgado en cuanto a la fiabilidad de la financiación que proviene de manos privadas, que a veces no vacilan en animar a la Administración para que lidere proyectos faraónicos que después tienen que ser sufragados íntegramente por la propia Administración".
Por otra parte, la realidad se impone haciendo imposible la financiación del proyecto. El artículo 14 del Real Decreto Ley 8/2010 del 20 de mayo de recorte de gasto público prueba la gravedad de la situación, sea cual sea su redacción final. "Poco importaría que Delgado pidiera financiación a la administración central y autonómica: todas, y también la del Ayuntamiento de Calvià, están igualmente endeudadas".