El 2º Pacto de Gobernabilidad ha fracasado. Es imprescindible una reacción que cambie el creciente descrédito de las instituciones.
Palma, 4 de diciembre, 2009
El 2 de noviembre, UPyD se manifestó a favor de abandonar la forma de hacer política en la que se ha incurrido persistentemente en Baleares. Repetir la fórmula del pacto con una formación política en la que las ideas son sustituidas por los intereses (UM), no sólo salpica a sus socios de sus múltiples casos de corrupción, sino que también les somete al constante chantaje de quienes actúan como si el pacto les garantizara la impunidad ante la ley.
UPyD ha insistido desde su nacimiento en la regeneración democrática. Parte de la misma consiste en que los grandes partidos superen la división sectaria y cainita que les caracteriza, especialmente en situaciones de deterioro e inestabilidad institucional como la que se produce actualmente en Baleares. Dicho pacto debería incluir la dimisión sistemática de los respectivos políticos en el instante en que sean imputados, y les permitiría demostrar si tienen en efecto ideas y proyectos positivos que sean capaces de consensuar.
A su vez, el entendimiento entre PSOE-PP, evitaría la sobredimensionada rentabilidad que fuerzas políticas minoritarias y radicales han tenido de su escaso apoyo electoral, la composición a toda costa de alianzas basadas en el reparto de poltronas y cargos de quienes menos leales son a las instituciones y rechazan el orden constitucional, y propiciaría la desaparición del panorama balear de un partido creado exclusivamente para el desvalijamiento público mediante la colonización de las instituciones.
Los líderes políticos demuestran si tienen condiciones en situaciones graves. Ante la descomposición del pacto que le llevó a la presidencia de Baleares, Antich debe tomar iniciativas diferentes a las que él mismo, Francina Armengol y Aina Calvo han llevado a cabo con tal de acceder al poder. Lo contrario probaría su ineptitud y exigiría un adelanto de las elecciones.
Palma, 4 de diciembre, 2009
El 2 de noviembre, UPyD se manifestó a favor de abandonar la forma de hacer política en la que se ha incurrido persistentemente en Baleares. Repetir la fórmula del pacto con una formación política en la que las ideas son sustituidas por los intereses (UM), no sólo salpica a sus socios de sus múltiples casos de corrupción, sino que también les somete al constante chantaje de quienes actúan como si el pacto les garantizara la impunidad ante la ley.
UPyD ha insistido desde su nacimiento en la regeneración democrática. Parte de la misma consiste en que los grandes partidos superen la división sectaria y cainita que les caracteriza, especialmente en situaciones de deterioro e inestabilidad institucional como la que se produce actualmente en Baleares. Dicho pacto debería incluir la dimisión sistemática de los respectivos políticos en el instante en que sean imputados, y les permitiría demostrar si tienen en efecto ideas y proyectos positivos que sean capaces de consensuar.
A su vez, el entendimiento entre PSOE-PP, evitaría la sobredimensionada rentabilidad que fuerzas políticas minoritarias y radicales han tenido de su escaso apoyo electoral, la composición a toda costa de alianzas basadas en el reparto de poltronas y cargos de quienes menos leales son a las instituciones y rechazan el orden constitucional, y propiciaría la desaparición del panorama balear de un partido creado exclusivamente para el desvalijamiento público mediante la colonización de las instituciones.
Los líderes políticos demuestran si tienen condiciones en situaciones graves. Ante la descomposición del pacto que le llevó a la presidencia de Baleares, Antich debe tomar iniciativas diferentes a las que él mismo, Francina Armengol y Aina Calvo han llevado a cabo con tal de acceder al poder. Lo contrario probaría su ineptitud y exigiría un adelanto de las elecciones.