UPyD denuncia que no hay diferencia entre PP y PSOE, por traicionar por igual a sus votantes, leyes e instituciones de Baleares, si la cesión ante el chantaje de UM les permite gobernar.
La apañada recomposición del pacto entre PSOE-UM hubiera confirmado una vez más la bajeza de la clase política balear. De momento, sólo el Bloc se muestra fiel al pacto de gobernabilidad y paraliza el cambalache.
La ópera bufa que ofrecerán los Consellers de UM si vuelven a sus cargos 10 días después de abandonarlos, pierde su parte hilarante al conocer los motivos que a día de hoy hubieran explicado su regreso. Quienes concertaron un pacto plural alegando la necesidad de “proteger el territorio” (PSOE-UM) del anterior gobierno PP-UM, estaban dispuestos a cubrirse de gloria traicionando descaradamente las bases del mismo, incurrriendo además en la transgresión de la funciones del mismo Consell de Mallorca.
Ante la urgencia de aplacar la coacción de UM, el PSOE había pactado soslayar el Plan Territorial de Mallorca y sus Áreas de Reconversión Territorial (cambiarlas es competencia del Consell), de forma que se transaccione por vía rápida la urbanización de las dos ART de Campos para la construcción de 3.000 nuevas plazas hoteleras. Así, las fuerzas del Pacte hubieran hecho lo contrario de lo que han defendido hasta hoy. Si ya es censurable la aprobación de la enmienda de Nadal que permite la construcción del campo de golf de Son Baco, más lo es todavía esta forma de recomponer el pacto de gobierno en el Consell. De momento, el tercer e ignorado socio, el Bloc, ha frenado el escándalo. Hasta ahora, también se había amoldado a las presiones de UM con tal de gobernar.
UPyD lamenta que Antich y Armengol repitan en la comunidad balear el estilo sumiso ante la presión de partidos nacionalistas y regionalistas en que Rodríguez Zapatero ha incurrido a nivel nacional. Ceder de esta forma a las presiones del alcalde de Campos en nombre de una supuesta “voluntad del pueblo de Campos” (UM), que se antepone a los organismos supramunicipales que deberían decidir sobre Campos, demuestra, o bien que éstos sobran, o bien que se abandonan principios legales estables cuando conviene saciar los apetitos de un independentista de su pueblo que practica el cantonalismo más rudo.
UPyD ya abogó por un entendimiento entre PP y PSOE que permitiera prescindir del chantaje de UM en todas las instituciones. Sin embargo, la repetitiva inercia en que ambos partidos caen sin aprender de las experiencias pasadas, hace sospechar lo peor sobre sus verdaderos fines.
Se mantenga o no la posición del Bloc, será de capital importancia la acción de la justicia en los presuntos casos de corrupción en los que casi toda la cúpula de UM está imputada. La entente PSOE-UM pudiera incluir presiones sobre la misma, para recomponer el pacto de gobierno que rompió la colaboración de Armengol con la justicia. No cabrían ya dudas de que hablar de un Estado de Derecho en España es ciencia ficción y de qué precio se paga por asegurar cargos y sueldos públicos por algo más de tiempo.
La apañada recomposición del pacto entre PSOE-UM hubiera confirmado una vez más la bajeza de la clase política balear. De momento, sólo el Bloc se muestra fiel al pacto de gobernabilidad y paraliza el cambalache.
La ópera bufa que ofrecerán los Consellers de UM si vuelven a sus cargos 10 días después de abandonarlos, pierde su parte hilarante al conocer los motivos que a día de hoy hubieran explicado su regreso. Quienes concertaron un pacto plural alegando la necesidad de “proteger el territorio” (PSOE-UM) del anterior gobierno PP-UM, estaban dispuestos a cubrirse de gloria traicionando descaradamente las bases del mismo, incurrriendo además en la transgresión de la funciones del mismo Consell de Mallorca.
Ante la urgencia de aplacar la coacción de UM, el PSOE había pactado soslayar el Plan Territorial de Mallorca y sus Áreas de Reconversión Territorial (cambiarlas es competencia del Consell), de forma que se transaccione por vía rápida la urbanización de las dos ART de Campos para la construcción de 3.000 nuevas plazas hoteleras. Así, las fuerzas del Pacte hubieran hecho lo contrario de lo que han defendido hasta hoy. Si ya es censurable la aprobación de la enmienda de Nadal que permite la construcción del campo de golf de Son Baco, más lo es todavía esta forma de recomponer el pacto de gobierno en el Consell. De momento, el tercer e ignorado socio, el Bloc, ha frenado el escándalo. Hasta ahora, también se había amoldado a las presiones de UM con tal de gobernar.
UPyD lamenta que Antich y Armengol repitan en la comunidad balear el estilo sumiso ante la presión de partidos nacionalistas y regionalistas en que Rodríguez Zapatero ha incurrido a nivel nacional. Ceder de esta forma a las presiones del alcalde de Campos en nombre de una supuesta “voluntad del pueblo de Campos” (UM), que se antepone a los organismos supramunicipales que deberían decidir sobre Campos, demuestra, o bien que éstos sobran, o bien que se abandonan principios legales estables cuando conviene saciar los apetitos de un independentista de su pueblo que practica el cantonalismo más rudo.
UPyD ya abogó por un entendimiento entre PP y PSOE que permitiera prescindir del chantaje de UM en todas las instituciones. Sin embargo, la repetitiva inercia en que ambos partidos caen sin aprender de las experiencias pasadas, hace sospechar lo peor sobre sus verdaderos fines.
Se mantenga o no la posición del Bloc, será de capital importancia la acción de la justicia en los presuntos casos de corrupción en los que casi toda la cúpula de UM está imputada. La entente PSOE-UM pudiera incluir presiones sobre la misma, para recomponer el pacto de gobierno que rompió la colaboración de Armengol con la justicia. No cabrían ya dudas de que hablar de un Estado de Derecho en España es ciencia ficción y de qué precio se paga por asegurar cargos y sueldos públicos por algo más de tiempo.