Palma, 9 de junio de 2010
UPyD considera gravísimas las afirmaciones del senador del PP, Joan Huguet, quien, en un artículo publicado en Diario de Mallorca el pasado martes 8 de junio, pedía disculpas por haber “estructurado, vía reforma estatutaria, una administración no fundamentada en la racionalidad, sino no en la creación de pequeños reinos de taifas insulares según conveniencia del Partido gobernante en cada una de las islas”. Joan Huguet, entonces portavoz del Grupo Parlamentario Popular, principal ponente del Grupo Popular durante la elaboración del nuevo Estatuto, del que podemos considerarle artífice junto con Rosa Estarás, reconocía “la responsabilidad que me toca” y pedía “disculpas por ello a la vez que propongo rectificar”.
Las afirmaciones de Huguet son sorprendentes por quién las dice, por lo que constatan y por lo que suponen. Por quién las dice: un senador del PP que estaba en primerísima línea en todas las negociaciones del nuevo Estatuto aprobado la pasada legislatura. Por lo que constatan: unas formaciones políticas que conformaban una auténtica casta, conchabadas en su propio beneficio ya que por aquel entonces UM controlaba el Consell de Mallorca, el PSOE-PSM el Consell de Menorca y el PP el Consell de Ibiza-Formentera. Y por lo que suponen: que la ciudadanía ha estado en manos de unos partidos que nunca han trabajado por el interés general sino por sus exclusivos intereses de partido. Amén de la irracionalidad administrativa que supone vaciar de competencias el Govern para traspasarlas -contra el espíritu de la Constitución- a los consejos insulares, con el primero convertido en mero coordinador e interlocutor con Madrid y Bruselas.
Es una constatación lamentable que indica a las claras por quién hemos estado gobernados y confirma la necesidad urgente de que nuevas formaciones con un mensaje indudablemente regenerador como UPyD se abran paso en el panorama político balear. En UPyD nos alegramos del mea culpa del senador Huguet, pero consideramos que difícilmente los que nos han metido en esta crisis de credibilidad y de supervivencia institucional sean los más adecuados para sacarnos de ella.
UPyD considera gravísimas las afirmaciones del senador del PP, Joan Huguet, quien, en un artículo publicado en Diario de Mallorca el pasado martes 8 de junio, pedía disculpas por haber “estructurado, vía reforma estatutaria, una administración no fundamentada en la racionalidad, sino no en la creación de pequeños reinos de taifas insulares según conveniencia del Partido gobernante en cada una de las islas”. Joan Huguet, entonces portavoz del Grupo Parlamentario Popular, principal ponente del Grupo Popular durante la elaboración del nuevo Estatuto, del que podemos considerarle artífice junto con Rosa Estarás, reconocía “la responsabilidad que me toca” y pedía “disculpas por ello a la vez que propongo rectificar”.
Las afirmaciones de Huguet son sorprendentes por quién las dice, por lo que constatan y por lo que suponen. Por quién las dice: un senador del PP que estaba en primerísima línea en todas las negociaciones del nuevo Estatuto aprobado la pasada legislatura. Por lo que constatan: unas formaciones políticas que conformaban una auténtica casta, conchabadas en su propio beneficio ya que por aquel entonces UM controlaba el Consell de Mallorca, el PSOE-PSM el Consell de Menorca y el PP el Consell de Ibiza-Formentera. Y por lo que suponen: que la ciudadanía ha estado en manos de unos partidos que nunca han trabajado por el interés general sino por sus exclusivos intereses de partido. Amén de la irracionalidad administrativa que supone vaciar de competencias el Govern para traspasarlas -contra el espíritu de la Constitución- a los consejos insulares, con el primero convertido en mero coordinador e interlocutor con Madrid y Bruselas.
Es una constatación lamentable que indica a las claras por quién hemos estado gobernados y confirma la necesidad urgente de que nuevas formaciones con un mensaje indudablemente regenerador como UPyD se abran paso en el panorama político balear. En UPyD nos alegramos del mea culpa del senador Huguet, pero consideramos que difícilmente los que nos han metido en esta crisis de credibilidad y de supervivencia institucional sean los más adecuados para sacarnos de ella.