Otra operación de maquillaje, puesto que el sentido de suprimirlos era hacer aflorar la deuda, mientras que fundirlos sigue camuflándola.
Palma, 4 de junio de 2010
El Pacte ha dado parcialmente la razón a UPyD, que ha venido reclamando en las últimas semanas la supresión de los aproximadamente ochenta consorcios para infraestructuras y servicios que tiene la CAIB y que representan la mitad de las empresas, consorcios, fundaciones y sociedades de la comunidad autónoma balear. El Govern finalmente ha decidido fusionar los 19 consorcios del Pla Mirall en tres (uno por cada isla), los 21 consorcios del Plan D en otros tres, los 23 de aguas en otros cuatro (uno por cada isla, incluyendo ahora Formentera), los tres que existían para realizar infraestructuras sociosanitarias en uno solo y los cinco para infraestructuras deportivas en otro. Otro tanto ha hecho con los consorcios para la conservación de espacios culturales y protección de espacios naturales. En total, los cerca de ochenta consorcios para infraestructuras de los que venía hablando UPyD.
UPyD ha mantenido desde el primer momento la necesidad de suprimirlos aun sabiendo que no representaban ningún ahorro sustancial, puesto que la mayoría de ellos no tienen asignado gasto corriente al ser una burda estratagema para camuflar deuda al Banco de España y permitir a la Administración (Govern y ayuntamientos) gastar más que lo permitido por ley. De ahí que UPyD apostara por la supresión para que las administraciones participantes en ellos asumieran de una vez esta deuda camuflada que, en 2008, era de 379 millones de euros.
UPyD cree que Antich ha optado por la fusión y no por la supresión para seguir camuflando la deuda. Mucho nos tememos que el Govern, mediante la estratagema de fundir por ejemplo todos los consorcios locales de aguas en un gran consorcio de aguas por cada isla, no persiga otra cosa que seguir ocultando la misma deuda, sólo que ahora no estará dispersa en una miríada de consorcios locales sino concentrada en uno solo. Y análogamente con el resto de consorcios para infraestructuras fusionados. Lo que convierte estas fusiones, una vez más, en burda operación de maquillaje para presentarse a la opinión pública como los artífices de haber recortado a la mitad el obeso sector público balear, un tijeretazo que -muy al contrario- no supone apenas sacrificios de personal ni reducción de gasto y que ni siquiera ha servido para hacer aflorar la deuda camuflada.
Palma, 4 de junio de 2010
El Pacte ha dado parcialmente la razón a UPyD, que ha venido reclamando en las últimas semanas la supresión de los aproximadamente ochenta consorcios para infraestructuras y servicios que tiene la CAIB y que representan la mitad de las empresas, consorcios, fundaciones y sociedades de la comunidad autónoma balear. El Govern finalmente ha decidido fusionar los 19 consorcios del Pla Mirall en tres (uno por cada isla), los 21 consorcios del Plan D en otros tres, los 23 de aguas en otros cuatro (uno por cada isla, incluyendo ahora Formentera), los tres que existían para realizar infraestructuras sociosanitarias en uno solo y los cinco para infraestructuras deportivas en otro. Otro tanto ha hecho con los consorcios para la conservación de espacios culturales y protección de espacios naturales. En total, los cerca de ochenta consorcios para infraestructuras de los que venía hablando UPyD.
UPyD ha mantenido desde el primer momento la necesidad de suprimirlos aun sabiendo que no representaban ningún ahorro sustancial, puesto que la mayoría de ellos no tienen asignado gasto corriente al ser una burda estratagema para camuflar deuda al Banco de España y permitir a la Administración (Govern y ayuntamientos) gastar más que lo permitido por ley. De ahí que UPyD apostara por la supresión para que las administraciones participantes en ellos asumieran de una vez esta deuda camuflada que, en 2008, era de 379 millones de euros.
UPyD cree que Antich ha optado por la fusión y no por la supresión para seguir camuflando la deuda. Mucho nos tememos que el Govern, mediante la estratagema de fundir por ejemplo todos los consorcios locales de aguas en un gran consorcio de aguas por cada isla, no persiga otra cosa que seguir ocultando la misma deuda, sólo que ahora no estará dispersa en una miríada de consorcios locales sino concentrada en uno solo. Y análogamente con el resto de consorcios para infraestructuras fusionados. Lo que convierte estas fusiones, una vez más, en burda operación de maquillaje para presentarse a la opinión pública como los artífices de haber recortado a la mitad el obeso sector público balear, un tijeretazo que -muy al contrario- no supone apenas sacrificios de personal ni reducción de gasto y que ni siquiera ha servido para hacer aflorar la deuda camuflada.