domingo, 24 de enero de 2010

UPYD reclama que el Consell de Mallorca dé marcha atrás en el recorte del 90% a la UNED

Armengol quiere llevar a cabo lo que Munar pretendió, cuando era presidenta del Consell en 2001, retirar la subvención a la UNED. Para estas políticas las subvenciones tienen el objetivo de captar voluntades y hacer clientelismo, algo que con la UNED no pueden hacer.
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Palma, 24 de enero de 2010.
La educación y la formación constituyen uno de los bienes supremos para el Estado. Así lo reconocen explícitamente todos los actores políticos, así como los ingentes presupuestos que se dedican a esta materia. Sin embargo, el recorte de un 90% de la subvención que venía recibiendo la delegación balear de la UNED por parte del Consell de Mallorca –que se jacta, no olvidemos, de haber aumentado su presupuesto de 2010- nos obliga a replantearnos los verdaderos motivos que alientan a los viejos partidos políticos en su cacareada apuesta por la educación y formación.
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“Armengol parece apuntarse a la máxima antieconómica de correr con los mayores costes posibles para obtener el menor beneficio posible. Mientras la clase política sigue dilapidando el dinero para motivar a quien no quiere estudiar, a los que sí quieren estudiar (como los alumnos de la UNED, la mayoría adultos en edad laboral que sacan tiempo de donde pueden para continuar con sus estudios universitarios), y que cuestan muy poco (el presupuesto de la UNED fue el año pasado menor que la centésima parte de la UIB), se les priva de los pocos servicios que exigen” dice el portavoz de Educación de UPyD en Baleares, Arturo Muñoz.
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“A no ser que el cálculo de las ventajas económicas de las subvenciones se hagan en el Consell atendiendo al beneficio obtenido para comprar voluntades o lograr clientes políticos; en ese caso la UNED no es un buen cliente, son mucho mejores la OCB, que obtiene 211.000 euros para 2010, o la Fundación Teatro Principal, al que se destinó el año pasado la escandalosa cifra de 6 millones de euros)”, según Julián Ruiz-Bravo, miembro del Grupo de Educación de UPyD.
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Todo indica que el verdadero motivo del recorte a la delegación balear de la UNED obedece a razones políticas. La UNED no es catalanista, su ámbito de actuación es nacional y por tanto de vertebración del territorio español, el perfil de sus estudiantes se corresponde con un cierto espíritu crítico que no conviene a la muy conservadora partitocracia española, ni tampoco comulga con las bobadas psicopedagógicas que se han impuesto en la enseñanza primaria y secundaria, con visos de imponerse también en la universidad pública española. Razones más que suficientes para que Maria Antònia Munar, a la sazón presidenta del Consell de Mallorca, intentara quitarles la subvención en 2001 y que ahora Armengol ejecute unos designios que, sospechosamente, son los mismos que la actual presidenta del Parlament. Una coincidencia que deja bien a las claras que los viejos partidos, tanto unos como otros, entienden la subvención como un instrumento para captar voluntades y hacer clientelismo. ¿Por qué no reduce el hexapartito que preside Antich el presupuesto de los cursos de parados, en manos de sindicatos y patronales, cuyo rendimiento, tanto en términos de aprendizaje como en términos de encontrar empleo por parte de los desempleados, está por los suelos? ¿Por qué penalizan lo que funciona y mantienen lo que no funciona?
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UPyD reclama la rectificación inmediata del gobierno del Consell de Mallorca para que dé marcha atrás a este irresponsable recorte. “Entretanto”, sigue diciendo Julián Ruiz-Bravo, “con el fin de equilibrar el presupuesto, le damos unas cuantas ideas de tijeretazos que apenas incidirían en el nivel educativo, formativo y cultural de Mallorca: rebajar la misma cantidad a las subvenciones de la OCB o a la Fundación del Teatro Principal que maneja, recordémoslo otra vez, cerca de seis millones de euros”.

El interés general debe exigirse a los gobernantes, aunque ello vaya en detrimento de los clientes electorales de los partidos.
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