Unión Progreso y Democracia rechaza la gestión municipal de la reforma de la calle Blanquerna, que a su juicio “está causando de manera injustificada un perjuicio a los vecinos y comerciantes de la zona, tanto desde el punto de vista económico como desde el de la seguridad y la calidad de vida“.
El coordinador de UPyD en Palma Norte, Antonio Ribas, ha expuesto los antecedentes del problema: “El 2 de diciembre, el Ayuntamiento presentó su propuesta de eje cívico, en la que se contempla el uso exclusivo de viandantes y ciclistas por el mismo. Durante diciembre y enero se sucedieron diversas protestas de vecinos, comerciantes y sus respectivas asociaciones por el futuro corte total del tráfico rodado en la calle Blanquerna. El 9 de febrero, UPyD registró en el Ayuntamiento su propuesta alternativa al eje cívico del ayuntamiento, donde señalaba, entre otros aspectos, la importancia de no cortar el tráfico rodado durante las obras para salvaguardar la supervivencia de los comercios de la zona. El 19 de febrero el Ayuntamiento publicó en los periódicos “su” nueva propuesta de eje cívico, que era prácticamente una copia de la de UPyD a efectos publicitarios, con sólo ligeras modificaciones, y en la que incluso añaden gráficos plagiados de nuestra propuesta. Allí por primera vez aceptan el tráfico rodado y una zona de aparcamiento en cordón. También incluyen el compromiso explícito de realizar las obras por fases para minimizar los perjuicios a comerciantes y residentes.”
Ribas continúa detallando el proceso: “El 4 de mayo se produjo el inicio de las obras, con el corte de la vía desde Conde de Sallent hasta Antonio Marques. El 3 de junio, el Ayuntamiento comunicó que había decidido unilateralmente adelantar la segunda fase de las obras y cortar el tráfico en el resto de la calle Blanquerna. El resultado es un colapso total en el tráfico de la zona, con la consiguiente irritación de comerciantes y vecinos. Ya han cerrado varias tiendas, y mucho nos tememos que cerrarán más.”
UPyD entiende que “el Ayuntamiento no sólo incumple los compromisos concertados públicamente con comerciantes y residentes en cuanto a realizar las obras por fases, sino que además realiza las obras con una ocupación excesiva de toda la vía, provocando graves perjuicios. El Ayuntamiento parece insensible con los comercios, al no crear zonas provisionales suficientes y eficaces para carga y descarga, imposibilitando el correcto abastecimiento de los locales. Y los residentes sufren la imposibilidad de aparcar en la zona que han abonado con su tarjeta de ORA.”
Según Antonio Ribas, “ante esta política de hechos consumados a espaldas de los ciudadanos, caben pocas soluciones. Nosotros creemos que los titulares de tarjeta de residente (ORA) de la zona deberían poder aparcar en las zonas adyacentes hasta que finalicen las obras. Así mismo, exigimos que se reabran cuanto antes los tramos cortados al tráfico a lo largo de la calle Blanquerna, para así aliviar los graves perjuicios que está ocasionando esta obra. Entendemos que obras de esta índole, en las que no podemos apreciar un beneficio real para los vecinos de Palma a corto plazo, sino sólo la satisfacción de intereses políticos de colectivos muy limitados, y que conllevan importantes problemas para vecinos y comerciantes de la zona –habiéndose llegando ya al cierre de varios negocios–, deben posponerse. El gasto público en estos momentos de recesión no debe tener nunca como consecuencia la asfixia del comerciante.”