El Grupo de Educación de UPyD Baleares se suma al rechazo que la Federació d’Associacions de Directors d’Educació de Secundària de les Illes Balears (FADESib) y l’Associació de Directors i Directores d’Educació Infantil i Primària de Mallorca (ADIPMA) hicieron público recientemente acerca del plan de reutilización de libros y material escolar de la Consejería de Educación. El volumen administrativo-burocrático que esta iniciativa produciría en los centros ocasionaría un verdadero colapso en los mismos. Es poco responsable poner en marcha una iniciativa ignorando la opinión de los profesionales y de las juntas directivas de los centros, que si lo pusieran en práctica se verían desbordadas precisamente en momentos críticos de máxima exigencia para el desarrollo normal del curso. Las iniciativas concebidas a la luz de las buenas intenciones pueden tener consecuencias desastrosas si no son analizadas rigurosamente.
A los argumentos de las organizaciones de directores, el Grupo de Educación de UPyD Baleares suma los que ya hizo públicos en el mes de febrero. El plan es inviable por acumular serias deficiencias en varios sentidos, como resumimos a continuación:
1. No sólo es prácticamente imposible que un libro de texto se mantenga en condiciones de ser prestado durante cuatro años, sino que al estar diseñado para hacer ejercicios en sus páginas, el préstamo es imposible. La libertad de los departamentos de elegir y actualizar los materiales didácticos más adecuados se verá limitada por el interés de mantener en uso los ya adquiridos (en España, por otra parte, los cambios de currículo son frecuentes). De todos es sabido que es aconsejable crear un fondo de libros de consulta en casa, una biblioteca a la que acudir para recuperar conocimientos perdidos, cosa que este plan imposibilita.
2. El informe económico que acompaña al plan sólo contempla la aportación de 100 euros anuales (la media de gasto es de 300) por alumno acogido al programa durante cuatro años. Al cabo de estos cuatro años el material didáctico podría haberse deteriorado totalmente y habría que reponerlo otra vez. El informe económico no contempla las aportaciones de la administración a partir del cuarto año, aportaciones que deberían ser muy superiores a los 100 euros anuales por alumno, ya que habría que adquirir de golpe todos los libros de primero a cuarto. Tampoco se contempla cantidad alguna para reponer los libros que por conveniencia didáctica o por cambio de currículo pudieran cambiarse. Por último no se consideran las dificultades de almacenamiento y de contabilidad que la gestión del plan ocasionaría al secretario del centro, que debería crear una cuenta específica para organizar esta tarea.